Este artículo es una reflexión sobre las relaciones, y es aplicable a todo tipo de relación, desde una relación de pareja hasta la relación entre naciones, como psicólogo creo que escribiré sobre las parejas y quien quiera entenderme ya me entenderá.
La relación de pareja, hoy en día es una de las relaciones más complejas que existen, y es así por que mujeres y hombres se relacionan de igual a igual, en otros tiempos no tan lejanos, todo era más sencillo (al menos para los machos), la mujer y su mundo estaban aplastados bajo el yugo del hombre, este imponía su voluntad y ella obedecía como si de una dictadura se tratase. Cuando las relaciones no son maduras, no son equitativas, y entonces la parte que quiere seguir siendo dominante se viste con la toga de una legalidad hecha a su medida. ¿Cuántas mujeres habrán vivido auténticos infiernos conyugales amparados bajo la legalidad vigente? No fue hasta 1981 que se aprobó en España la ley del divorcio.
Cuando dos personas se relacionan de igual a igual, se relacionan desde la LIBERTAD, cada parte reivindica sus derechos y asume su parte de responsabilidad, y esto exige madurez. Es el momento de relacionarse de manera diferente y posicionarse en un nuevo escenario, y como la relación no ha sido justa hasta ahora, la equidistancia dentro del binomio justicia e injusticia nunca será el punto medio. Para el macho alfa que ha forjado desde el neolítico su posición dominante, esté nuevo reto no le resulta fácil y ante esta nueva exigencia que le obliga a vincularse de igual a igual, es probable que afloren en él los impulsos más cavernícolas, retrógrados y cohercitivos que antaño usaba, y aunque ya dejamos oficialmente el blanco y negro, y algunos se vistieron de color, cuando su pareja le exige vincularse de igual a igual, al macho alfa se le cae la careta de color y aparecen todos sus rasgos más grises. El único antídoto es MADURAR.
Hasta hace unas décadas muchas mujeres querrían haberse divorciado y la ley no las amparaba, unas pocas reivindicaban sus derechos pero la mayoría nada hacía más que victimizarse y nada cambiaba. El cambio sólo se produce si abandonas tu zona de confort y tomas partido, como hizo en 1955 Rosa Parks, que se negó a cederle el asiento del autobús donde iba sentada a un hombre blanco, por ello acabó en la cárcel, porque la ley decía que los negros tenían que ceder los asientos a los blancos e irse al fondo del autobús… En 2008 Obama fue el primer presidente negro de Estados Unidos. Es obvio que no fue así sólo por la Sra. Parks, igual que no se llegó a conseguir el divorcio por una pocas activistas, fue por ellas y por todos los otros ciudadanos que decidieron salir a la calle y cambiar las leyes, porqué en las sociedades maduras las leyes sirven a sus ciudadanos, y cuando la sociedad cambia estas deben adaptarse a la nueva realidad y al nuevo status quo.
Cada ciudadano y cada sociedad, tiene el poder de decidir, si quiere ceder su asiento o divorciarse. Si no tomas partido, tu y todos, nada cambiará.
I recorda a Miquel Martí i Pol: “Tot és possible i Tot está per fer”
Carles Romero Martínez
Psicòleg.