Todo depende de lo que tu creas.
Es fácil escuchar a muchas personas sus propósitos de cambiar, mejorar y transformar sus vidas… Y sólo unos pocos lo consiguen, entonces me pregunto: ¿Qué les impide a esa otra gran mayoría conseguirlo?
Todos tenemos unos hábitos, unas habilidades, unas actitudes y unos comportamientos que hacen que vivimos una vida que conocida y cómoda, lo cual no implica que sea agradable. A esa vida la llamamos Zona de Confort. Cuando tu jefe te echa una bronca o te discutes con tu pareja, eso también es zona de confort, ya que es algo conocido.
Más allá de la zona de confort está la zona de aprendizaje, que es donde suceden las cosas, estamos en esa zona cada vez que viajamos a un país desconocido, aprendemos algo o transitamos un camino nuevo… Más allá todavía está la zona de pánico, que en realidad es también la zona mágica, donde están los grandes retos. En apariencia si debe ser tan “guay” la zona de aprendizaje y más allá, ¿Porqué no vamos? La respuesta es muy sencilla, POR QUE NOS DA MIEDO EL CAMBIO!, miedo a que si salimos podemos perder lo que tenemos, o incluso perder lo que somos, miedo a no poder volver, miedo al que dirán, a fallar, al ridículo o a la vergüenza. Todo ello nos genera una gran tensión emocional que nos acaba paralizando, y como todo depende de lo que tu creas, si crees que no puedes no podrás; y entonces, decides quedarte en tu zona de confort, por “mierda” que esta sea, pero es una “mierda” conocida, entonces edulcorarás tu decisión intentando convencer a los demás y sobre todo a ti que esta es la decisión correcta. Aunque, sin duda, es un fracaso, ya que te impedirá cambiar y evolucionar como persona.
Y es humano tener miedo ante un cambió, al adentrarse en lo desconocido. En 1914 Ernest Shackleton puso un anuncio en la prensa para reclutar tripulación para ir a la Antártida. El anuncio decía así: “Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”.
Éste fue el comienzo de una peligrosa aventura que terminó convirtiéndose en una de las mayores lecciones de liderazgo, supervivencia y superación humanas que se recuerdan. Su barco quedó completamente varado entre el hielo y posteriormente destrozado. Shackleton consiguió motivar durante 20 meses a su tripulación, pasar dos inviernos antárticos y recorrer miles de kilómetros hasta que consiguieron pedir ayuda y ser rescatados sanos y salvo la totalidad de la tripulación. ¿Creéis que tuvieron miedo en algún momento? Seguro que sí, pero creían algo, contrapusieron a su tensión emocional a una tensión creativa que resultó ser suficientemente motivadora para seguir adelante. Y al hacerlo, se gestionan adecuadamente los miedos, la autoestima aumenta y se abre ante ellos una nueva realidad llena de oportunidades.
Seguro que tu mismo en algún momento, o has conocido a alguien que vive en un “infierno”. A veces, lo vemos también con nuestros pacientes, como se espantan ante el espejo que les muestra el terapeuta y deciden quedarse a ese lado del espejo. Es triste, pero recuerda que cada uno debe hacer su camino, podemos ofrecerles nuestra ayuda, explicarles esto mismo que acabo de compartir con vosotros, pero no podemos imponérselo. Cada cual tiene su momento.
Para todos los demás, os invito a que volváis a vuestra zona de confort, recojáis todos los recursos y habilidades que ya tenéis, que seguro que son valiosos, y volváis a esa frontera a tener el valor y la confianza de dar un paso adelante, a tener la libertad de elegir vuestros objetivos y luchar y trabajar para conseguirlos.
Eres el protagonista de tu vida. Y recuerda, todo depende de lo que tu creas. Si crees que puedes. PODRÁS!
Carles Romero Martínez
Psicólogo
Conductor de grupos de crecimiento personal.